Saludos a todos, desde el Foro de Cristianos Gaspar García Laviana. Cuando nos
reunimos aquí todos los años en esta fecha del aniversario de la muerte de Gaspar se
supone que tenemos algún motivo para recordarle. Hoy le recordamos 41 años
después de su muerte; son más años de los que él tenía cuando murió en 1978: tenía
37 años. Para que persista su recuerdo de esta manera en el tiempo debe de haber
algún motivo importante, su trayectoria de vida no pasó desapercibida. En Wikipedia,
de Internet, en la entrada que se le dedica, en español, inglés, ruso y asturiano, se le
define como misionero, poeta y guerrillero. En realidad todas esas facetas forman parte
de lo que constituía su prioridad, su principal tema de interés, lo que él llegó a sentir
como su verdadera vocación: ser la voz de los que no tienen voz y la defensa de los
que no tienen defensa.
En el libro «Gaspar García Laviana visto desde Asturias», que nuestro Foro publicó
el año pasado con ocasión del 40 aniversario de su muerte, se presenta abundante
información sobre la manera cómo vivía su vocación el misionero asturiano,
combinando la tarea evangelizadora específicamente religiosa con actividades de
reivindicación social. La mayoría de los campesinos carecían de tierras propias, no
tenían ningún tipo de atención médica y eran analfabetos.
Habiendo tomado conciencia de esa situación de injusticia y opresión de la población
campesina de Nicaragua bajo la dictadura de Anastasio Somoza, Gaspar no limitó su
actividad a la función religiosa sino que se comprometió en la promoción integral de
aquellas personas: alfabetización, cooperativismo, concienciación social de los
campesinos, cursos de medicina preventiva y de asistencia en el parto, denuncia de la
corrupción y del abuso de las autoridades, con especial atención a la asistencia a los
niños y los ancianos. Y puso especial énfasis en la denuncia de la trata de blancas, el
secuestro de jóvenes campesinas, con la complicidad de la autoridad somocista, para
forzarlas a ejercer la prostitución.
Pues bien, es justamente esa faceta reivindicativa de Gaspar la que le hace interesante
para nosotros, y fue precisamente esa vocación lo que le condujo a un enfrentamiento
con el sistema y a la muerte. Su activismo a favor de la multitud de oprimidos y
esclavizados de Nicaragua atrajo sobre él la enemistad de los terratenientes Como es
sabido, murió luchando como guerrillero contra las fuerzas somocistas, pero se sabe
también que ya antes de su integración en el frente sandinista estaba vigilado y
amenazado de muerte por la policía del dictador.
O sea que en todo caso, si no quería huir del país renunciando a su vocación y
compromiso con las víctimas del sistema, estaba abocado a un destino del que no
saldría con vida. Y es en esto en lo que su ejemplo nos interpela, o para ser más
exactos deberíamos decir que le interpelaba a él y nos interpela a nosotros el ejemplo
de Jesús de Nazaret: el compromiso con la liberación de las víctimas del sistema.
Ese compromiso, el seguimiento de Jesús, implica atraer la el odio de los poderosos,
como la ocurrió a Gaspar. El mismo Jesús lo anunció: Si el mundo os odia, sepáis
que me ha odiado a antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo
amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí de entre el
mundo, por eso el mundo os odia. Donde Jesús decía “el mundo” podemos traducirlo
por “el sistema”, es decir, el sistema establecido, el sistema de dominación imperante,
que se basa en la desigualdad, en el dominio de unas personas sobre otras. Estamos
hablando, en el caso concreto de nuestra época y de nuestra sociedad española, de un
sistema en el que el 20% de la población con más renta gana casi siete veces más que
el 20% con menos ingresos, desigualdad que es más acentuada para la parte femenina
de la población, en un contexto de elevado paro en el que las empresas están
consiguiendo más capacidad para fijar salarios, horarios y condiciones, donde más de
un millón de parados de larga duración no reciben ninguna prestación, donde más de la
mitad del empleo asalariado es en precario, donde hay unas 40.000 personas sin
hogar... A todo esto podríamos adir actitudes de menosprecio y rechazo a los
inmigrantes que vienen de zonas del planeta aún más desgraciadas.
Ser sensibles a esas situaciones e irreconciliables con el sistema que las produce,
como lo fue Gaspar en Nicaragua, entra en la lógica del seguimiento a Jesús de
Nazaret, y no nos sorprende que despierte el odio de la clase dominante. Ésta se
defiende generando fuerzas políticas que promueven el racismo, el machismo y todo
tipo de actitudes reaccionarias. Desde el Foro que lleva el nombre de Gaspar García
Laviana entendemos que recordarle en este 41 aniversario de su muerte significa
asumir el compromiso de defender los valores por los que él vivió y murió, y que eso
nos enfrenta inevitablemente con este sistema injusto.
Muchas gracias.